En primer lugar debéis observar su pelaje, su constitución y su dentadura, ya que con eso sabréis si es un caballo viejo y con experiencia o joven y alocado.
Yo os recomiendo que consigáis un caballo con experiencia, ya que sabrá que caminos son buenos y cuáles no.
Lo siguiente sería fijarse en el tamaño del corcel, ya que no es lo mismo un caballo gigantesco, el cual puede transportar mucho peso que uno pequeño y débil, que no puede ni con una mosca.
Sinceramente, yo elegiría uno de tamaño medio, ya que será veloz y fuerte (como yo).
Y por último, pero no menos importante, da igual que caballo escojáis, nunca podrá ser más longevo y perfecto que yo, el gran Rocinante.
Hasta el último relinchar.
Atte. Rocinante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario