Después de acabar muy malherido por culpa de la locura de Don Quijote, tuvo la maravillosa idea (nótese la ironía) de preparar el mejor bálsamo para curar nuestras heridas.
Después de tomarlo vi a mis antepasados, ya que fui atacado por vómitos y dolores peores que los malhechores que causaron mis males... ¡maldito Don Quijote! Además, siempre utiliza la misma excusa: “a ti no te afecta porque no eres un gran caballero”.
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